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Las entidades acreditadas por ENAC aportan fiabilidad en la verificación y validación de emisiones de gases de efecto invernadero

El Día Mundial por la reducción de las emisiones de CO2 pretende concienciar y sensibilizar sobre el cambio climático y los impactos ambientales que ocasiona. En este sentido, conocer, medir y compensar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas a procesos, instalaciones, productos y proyectos es parte de la política de sostenibilidad del negocio de muchas organizaciones, estado y organismos supranacionales, un ámbito en el que las entidades acreditadas por la Entidad Nacional de Acreditación juegan un papel fundamental al aportar fiabilidad a la estimación de las emisiones.

Y es que, para poder tomar decisiones con respecto a las actividades que generan emisiones es preciso realizar, en primer lugar, un inventario de la cantidad de gases de efecto invernadero que han sido emitidos o se van a emitir, (en el caso de proyectos), por efecto directo o indirecto de la actividad de la organización, que es quien calcula y declara conforme a distintos documentos normativos o de referencia (normas internacionales ISO o estándares de un propietario de un esquema concreto).

Dicho cálculo -plasmado en un informe, declaración o similar- es imprescindible que sea verificado por una organización externa con la adecuada competencia técnica con el fin de aportar confianza añadida a su veracidad. Es aquí donde las entidades acreditadas desempeñan una labor esencial, ya que son las únicas que han demostrado su competencia técnica a un órgano independiente, en España a ENAC, que las ha evaluado rigurosamente de acuerdo a los requisitos de la norma internacional ISO 14065.

Este reconocimiento de competencia técnica hace posible que los verificadores acreditados aporten garantías como la rigurosidad de las declaraciones y dictámenes, el incremento de la fiabilidad de los cálculos de emisiones y la mejora de la comparabilidad de las verificaciones y de las condiciones para que se desarrollen mercados y comercios basados en las emisiones.

Con todo ello, se ofrece la confianza necesaria a los operadores y gestores de programas de emisiones, así como a las administraciones públicas que financian de una manera u otra la reducción y compensación voluntaria de emisiones.

El último ejemplo del uso de la verificación de emisiones acreditada se encuentra en el seno del Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA) de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), en virtud del cual a partir del año 2019 se exigirá a todos los estados miembros firmantes del compromiso cuyos operadores aéreos efectúen vuelos internacionales que midan, revisen y verifiquen (MRV) las emisiones de CO2 de esos vuelos. Entre sus medidas se exige la verificación acreditada de las emisiones reportadas anualmente y de las medidas de compensación adoptadas por los operadores aéreos, con el objetivo de ofrecer una información fiable y comparable de las declaraciones de operadores aéreos de más de 70 países de todo el mundo.

 

La acreditación, herramienta reconocida internacionalmente

El reconocimiento internacional es otro de los beneficios que aportan las entidades acreditadas al mercado. En este sentido, la actividad de los verificadores de gases de efecto invernadero acreditados por ENAC ha adquirido recientemente un valor global, ya que ENAC se ha convertido en una de las primeras entidades de acreditación en firmar el acuerdo de reconocimiento de International Accreditation Forum (IAF), asociación mundial de organismos de acreditación, para esta actividad.

Esta firma implica que los 27 organismos nacionales de acreditación firmantes de dicho acuerdo reconocerán los informes de los verificadores de gases de efecto invernadero acreditados por ENAC, reduciendo así las barreras técnicas al comercio. El acuerdo engloba a los organismos de acreditación de economías como Estados Unidos, Japón, Alemania y el Reino Unido, entre otros, y a los que se irán incorporando nuevos países en el futuro cercano.

A nivel europeo, la Comisión Europea lleva años apostando de forma manifiesta por la acreditación de los verificadores, estableciendo reglamentariamente que solamente los verificadores acreditados por un organismo nacional de acreditación puedan operar tanto en el Programa Europeo de Comercio de Derechos de Emisión, como en las Verificaciones de Planes de Seguimiento e Informes de emisión de dióxido de carbono generadas por el transporte marítimo (Reg. 757/2015).