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La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos reconoce los certificados y ensayos acreditados por ENAC en emisión de formaldehído

El reconocimiento de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) facilita la introducción en el mercado americano de los productos de madera afectados por la Ley de Control de Sustancias Tóxicas (TSCA), ya que garantiza la aceptación de los certificados e informes emitidos por entidades acreditadas por ENAC evitando así la necesidad de repetirlos.

El formaldehído es un gas cuya exposición puede causar efectos adversos a la salud, llegando a provocar incluso algunos tipos de cáncer. Este compuesto se encuentra en resinas utilizadas en la fabricación de productos compuestos de madera (es decir, madera contrachapada, tableros de partículas y tableros de fibra) que son utilizados como materiales de construcción y aislamiento de viviendas.

En Estados Unidos, con el objetivo de proteger a la sociedad contra las exposiciones al formaldehído, la EPA publicó en diciembre de 2016 una ley que establece los límites de la cantidad de formaldehído que pueden liberar los productos derivados de la madera y estableció como requisito la acreditación de las entidades certificadoras de producto y los laboratorios de ensayo encargados de verificar que los productores de materiales compuestos de la madera cumplen con estos límites de emisión. Esta ley afecta a fabricantes, suministradores, comercializadores e importadores que quieran operar en Estados Unidos.

Gracias al acuerdo con el organismo de acreditación americano A2LA, las entidades acreditadas por ENAC y los informes y certificados emitidos por ellas tendrán validez para el cumplimiento de la TSCA. ENAC recuerda que para poder beneficiarse de los acuerdos internacionales de ENAC, el certificado o informe debe llevar siempre la marca de ENAC.

El sistema de acuerdos internacionales, como el recientemente suscrito, permite que los resultados de los evaluadores de la conformidad acreditados sean aceptados más fácilmente por los mercados extranjeros. Esta aceptación contribuye a reducir los costes para fabricantes y exportadores, reduciendo o eliminando la necesidad de repetir pruebas en el país de importación.